La Iglesia cuida de todos sus miembros y provee a los enfermos e incapacitados el poder participar en el poder de la Eucaristía. Un grupo de Ministros Extraordinarios de la Comunión ayuda al sacerdote para llevar la Comunión a los que se encuentran confinados en sus casas, hogares de ancianos o en el hospital.
Se les asignará según sea necesario para que lleven la Sagrada Comunión a los que no pueden asistir a la iglesia por enfermedad o edad.
Se requiere VIRTUS y huellas digitales.