Quienes participan en este ministerio son nombrados por el párroco y ayudan al sacerdote celebrante a distribuir la Sagrada Comunión durante la misa.
Se les asignará una misa una o dos veces al mes, o con más frecuencia según el horario y la necesidad. Se ofrece entrenamiento contínuo.
Se requiere VIRTUS y huellas digitales.